En nuestros hogares es muy frecuente llenar la nevera a primeros de mes con la idea de programar las comidas diarias. Esta costumbre puede ser muy productiva a la hora de ahorrar tiempo y dinero pero debemos atender a los métodos de conservación que seguimos.
No todos los alimentos son iguales, por tanto no todos tienen las mismas necesidades.
Como somos especialistas en carnes, vamos a contaros algunos trucos para poder hacer acopio de provisiones y que la carne se conserve fresca y en su estado óptimo para el consumo.
Tiempo y temperatura
Sin duda son los aspectos que tenemos tener más en cuenta a la hora de conservar la carne.
Como principio fundamental, la carne debe estar en la nevera a una temperatura de 4ºC y debe cocinarse antes de las 72 horas.
Una vez cocinada, puede volver a guardarse a la temperatura sugerida anteriormente durante 48 horas más.
En caso de usar el congelador, podremos conservarla tanto cruda como cocinada y el tiempo que tenemos para consumirla varía en función del tipo de carne de que se trate:
• En el caso de la carne de cerdo, el tiempo máximo de congelación es de 6 meses.
• La carne de res es recomendable no mantenerla más de 4 meses.
• La de aves puede congelarse hasta durante 9 meses.
Durante todo este tiempo es importante que la temperatura del congelador no supere los -15º para garantizar la calidad de la conservación.
Para descongelarla el proceso ha de ser paulatino, es decir, del congelador, pasamos la carne a la nevera. Una vez ahí dejarla hasta que se descongele por completo. El uso de procesos de descogelación como el microondas no son lo mejor si queremos consumir la carne en su mejor estado.
Envases de conservación
El material más recomendado para almacenar carne es el cristal. El uso de fiambreras u otros envases de plástico puede ser perjudicial para los alimentos a largo plazo. Además es evidente que debemos reducir el consumo de dicho material.
Para que no se nos olviden los plazos de cosumo, podemos colocar pegatinas en estos envases donde apuntaremos la fecha de congelación y así saber en todo momento hasta cuando podemos esperar para sacarlos.
Lo imprescindible es que el cierre sea hermético para evitar la entrada de aire y no favorecer a la oxidación prematura del producto.
¿Y si se nos estropea la nevera?
Una avería en el frigorífico y la compra del mes recién hecha… ¿A quién no le ha pasado? En este caso, que no cunda el pánico. Por suerte existen técnicas de conservación naturales (a veces un poco olvidadas) que no sólo te permiten conservar la carne durante algún tiempo sin refrigerar, sino que además te permiten aumentar su sabor!!
Es el caso de la sal, un elemento que le ha servido al ser humano para conservar alimentos desde tiempos lejanos. Todo lo que hay que hacer es impregnar la pieza de carne en sal o salmuera, que podemos hacer añadiendo agua y especias al gusto. De esta forma se elimina el agua presente en la proteína paralizando el proceso de formación de bacterias.
Otra solución bastante práctica es envasarla al vacío. Eliminando el oxígeno del entorno de la carne evitamos su deterioro con el tiempo.
Lo ideal es combinar ambos elementos para que nos dure al menos un mes. Es decir, salar la carne y envsarla al vacío. De esta forma podemos estar tranquil@s de que mantendrá su mejor estado hasta que consigamos arreglar la nevera.
En Hermanos MG estamos seguros de que si seguís estos consejos podréis conservar la calidad que os ofrecemos en nuestras carnes de forma óptima en casa.